martes, noviembre 07, 2006
MORALEJA ALTERNATIVA:
MÁS DEMOCRACIA Y MÁS TRANSPARENCIA
Este artículo corresponde a una respuesta que escribió Alvaro Díaz en relación con mi opinión sobre el caso Chiledeportes y que titulé "Moraleja: necesitamos una mejor oposición"
Ambos artículos (Ponce y Díaz) fueron publicados en el análisis semanal que publica Primera Piedra y que puede ser leído en www.primerapiedra.cl
A propósito de los nuevos escándalos de corrupción, Freddy Ponce ha escrito el artículo “Moraleja: necesitamos una mejor oposición”. Creo que el texto contiene errores e imprecisiones que no permiten diagnosticar correctamente el fenómeno que estamos viviendo y por tanto dificultan el desarrollo de alternativas eficaces. Esto es lo que motiva mi escrito.
Primero, lejos de ser un fenómeno nuevo y emergente, la corrupción es una plaga endémica que está afectando desde hace siglos tanto a países en vías de desarrollo como a países desarrollados. Así también ha ocurrido en Chile. Es indignante y lamentable que esto ocurra hoy en la Concertación Democrática, pero también es cierto que es fenómeno de larga data que no se erradica fácilmente. Además, es gracias a la mayor transparencia y la presencia de instituciones públicas más eficaces que los hechos pueden ser conocidos, procesados y sancionados. La enérgica reacción de la Presidenta de la República representa el capital moral que este bloque político conserva, no sólo en la más alta autoridad de la república sino también en sus partidos y militantes.
Segundo, del artículo de Freddy Ponce parece concluirse que en los países desarrollados no hay corrupción. Pero esta imagen es completamente falsa. Es más, países como Japón, España, Portugal e Italia muestran peores índices de percepción de corrupción que Chile.
Así también ocurre con Corea del Sur, Taiwán e Israel, todos con ingreso per capita muy superiores al de Chile.
Tercero, Chile se ubica bastante más adelante que el resto de América Latina y está en el grupo de 25 países con menor corrupción, siendo la mayoría países desarrollados ¿Ha empeorado o mejorado su posición? Freddy Ponce dice que sí, pero la evidencia no sustenta su afirmación. Considerando el período 2001-2005 se constata lo siguiente: (i) la muestra de países considerados fue creciendo entre 2001 y 2005 desde 91 hasta 158 países; (ii) en el mismo período Chile obtuvo las “notas” 7.5, 7.5, 7.4, 7.4 y 7.3, lo que significa que en nuestro país se redujo levemente la percepción de corrupción; (iii) si bien es cierto que nuestro país retrocedió 2 puestos, ello no fue porque empeoró su “nota” sino porque Alemania y Francia mejoraron sus “notas” más que Chile.
Cuarto, la corrupción puede impedir el crecimiento pero ello no siempre ocurre así. Hay países como China que combinan alto crecimiento y alta corrupción. Este país crece al 10% anual pero se ubica en los peores lugares en percepción de la corrupción. Así como ocurre con la mayoría de los tigres asiáticos. Con esto no pretendo minimizar ni relativizar la corrupción, sino ponerla en su contexto. Lo que sí es cierto es que la corrupción erosiona la democracia, la confianza pública, la legitimidad de las instituciones democráticas y la efectividad de las políticas públicas, especialmente aquellas que se orientan a infraestructura y políticas sociales.
Por último pero no menos importante, Freddy Ponce tiene razón en decir que la oposición tiene un rol importante en fiscalizar y denunciar fenómenos de corrupción. Pero se equivoca cuando reduce el papel de la Concertación Democrática a un mero ente pasivo y sólo reactivo. Esto conduce a pregonar que ya estamos derrotados política y moralmente. La salvación sólo puede venir de los adversarios ¿Pero de cuales adversarios?
Recordemos que la oposición tiene sus raíces en el modelo neoliberal y en la acumulación primaria de capital durante los años 1973-1989 que significó una violenta y corrupta expropiación de ingresos y patrimonio a millones de chilenos, no sólo mediante privatizaciones sino transferencias de excedentes del trabajo al capital. El ADN de la derecha chilena está indisolublemente a este origen histórico. La concentración del ingreso avanzó rápidamente gracias a manejos corruptos en la maquinaria pública y a una gestión opaca de los mercados. La confusión entre política y negocios –que constituye la base de la corrupción- es algo que la derecha no ha logrado superar.
La propia demanda que Freddy Ponce hace a la derecha, demuestra la inviabilidad de su propuesta. La salvación no está en la derecha, aunque concuerdo con que es bueno que exista una oposición activa y fiscalizadora, que es una expresión de la democracia por la cual tantos años luchamos. No cabe duda que 16 años de gobiernos democráticos han generado enormes beneficios, pero también entraña importantes peligros. Las experiencias de Italia y España de los años ochenta son una clara muestra de ello.
Chile no está deslizándose a ser un país corrupto, pero siempre está el peligro de que así ocurra. Los remedios ya son conocidos: más transparencia, más democracia, financiamiento público de los partidos, legislación estricta y eficiente, mecanismos de supervisión y vigilancia, así como sanciones a quienes cometen actos de corrupción, sea para fines de enriquecimiento personal, sea para fines de campaña política. Todo esto siempre y cuando se garantice el debido proceso, porque ya han ocurrido casos de asesinato mediático sin que se compruebe pena alguna.
Reconozcamos y profundicemos nuestras fortalezas. No es casualidad que Chile sistemáticamente se encuentre en los primeros 20 lugares en cuanto a baja corrupción. Más allá de las virtudes y vicios de una coalición, esto demuestra que hay solidez y vitalidad en las instituciones. Y lo que cabe es fortalecerlas, aunque duela y moleste. Por ello apoyo la decidida intervención de nuestra Presidenta.
Primero, lejos de ser un fenómeno nuevo y emergente, la corrupción es una plaga endémica que está afectando desde hace siglos tanto a países en vías de desarrollo como a países desarrollados. Así también ha ocurrido en Chile. Es indignante y lamentable que esto ocurra hoy en la Concertación Democrática, pero también es cierto que es fenómeno de larga data que no se erradica fácilmente. Además, es gracias a la mayor transparencia y la presencia de instituciones públicas más eficaces que los hechos pueden ser conocidos, procesados y sancionados. La enérgica reacción de la Presidenta de la República representa el capital moral que este bloque político conserva, no sólo en la más alta autoridad de la república sino también en sus partidos y militantes.
Segundo, del artículo de Freddy Ponce parece concluirse que en los países desarrollados no hay corrupción. Pero esta imagen es completamente falsa. Es más, países como Japón, España, Portugal e Italia muestran peores índices de percepción de corrupción que Chile.
Así también ocurre con Corea del Sur, Taiwán e Israel, todos con ingreso per capita muy superiores al de Chile.
Tercero, Chile se ubica bastante más adelante que el resto de América Latina y está en el grupo de 25 países con menor corrupción, siendo la mayoría países desarrollados ¿Ha empeorado o mejorado su posición? Freddy Ponce dice que sí, pero la evidencia no sustenta su afirmación. Considerando el período 2001-2005 se constata lo siguiente: (i) la muestra de países considerados fue creciendo entre 2001 y 2005 desde 91 hasta 158 países; (ii) en el mismo período Chile obtuvo las “notas” 7.5, 7.5, 7.4, 7.4 y 7.3, lo que significa que en nuestro país se redujo levemente la percepción de corrupción; (iii) si bien es cierto que nuestro país retrocedió 2 puestos, ello no fue porque empeoró su “nota” sino porque Alemania y Francia mejoraron sus “notas” más que Chile.
Cuarto, la corrupción puede impedir el crecimiento pero ello no siempre ocurre así. Hay países como China que combinan alto crecimiento y alta corrupción. Este país crece al 10% anual pero se ubica en los peores lugares en percepción de la corrupción. Así como ocurre con la mayoría de los tigres asiáticos. Con esto no pretendo minimizar ni relativizar la corrupción, sino ponerla en su contexto. Lo que sí es cierto es que la corrupción erosiona la democracia, la confianza pública, la legitimidad de las instituciones democráticas y la efectividad de las políticas públicas, especialmente aquellas que se orientan a infraestructura y políticas sociales.
Por último pero no menos importante, Freddy Ponce tiene razón en decir que la oposición tiene un rol importante en fiscalizar y denunciar fenómenos de corrupción. Pero se equivoca cuando reduce el papel de la Concertación Democrática a un mero ente pasivo y sólo reactivo. Esto conduce a pregonar que ya estamos derrotados política y moralmente. La salvación sólo puede venir de los adversarios ¿Pero de cuales adversarios?
Recordemos que la oposición tiene sus raíces en el modelo neoliberal y en la acumulación primaria de capital durante los años 1973-1989 que significó una violenta y corrupta expropiación de ingresos y patrimonio a millones de chilenos, no sólo mediante privatizaciones sino transferencias de excedentes del trabajo al capital. El ADN de la derecha chilena está indisolublemente a este origen histórico. La concentración del ingreso avanzó rápidamente gracias a manejos corruptos en la maquinaria pública y a una gestión opaca de los mercados. La confusión entre política y negocios –que constituye la base de la corrupción- es algo que la derecha no ha logrado superar.
La propia demanda que Freddy Ponce hace a la derecha, demuestra la inviabilidad de su propuesta. La salvación no está en la derecha, aunque concuerdo con que es bueno que exista una oposición activa y fiscalizadora, que es una expresión de la democracia por la cual tantos años luchamos. No cabe duda que 16 años de gobiernos democráticos han generado enormes beneficios, pero también entraña importantes peligros. Las experiencias de Italia y España de los años ochenta son una clara muestra de ello.
Chile no está deslizándose a ser un país corrupto, pero siempre está el peligro de que así ocurra. Los remedios ya son conocidos: más transparencia, más democracia, financiamiento público de los partidos, legislación estricta y eficiente, mecanismos de supervisión y vigilancia, así como sanciones a quienes cometen actos de corrupción, sea para fines de enriquecimiento personal, sea para fines de campaña política. Todo esto siempre y cuando se garantice el debido proceso, porque ya han ocurrido casos de asesinato mediático sin que se compruebe pena alguna.
Reconozcamos y profundicemos nuestras fortalezas. No es casualidad que Chile sistemáticamente se encuentre en los primeros 20 lugares en cuanto a baja corrupción. Más allá de las virtudes y vicios de una coalición, esto demuestra que hay solidez y vitalidad en las instituciones. Y lo que cabe es fortalecerlas, aunque duela y moleste. Por ello apoyo la decidida intervención de nuestra Presidenta.
Comments:
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Interesante articulo, pero discrepo de varias cosas. Alvaro Diaz parece ser de aquellos que consideran que el grupo al que pertenecen es una especie de enviado mesianico, ireemplazable e inmejorable.
En particular, lo que dice sobre la derecha, sin dejar de ser cierto en cuanto a sus origenes, parece indicar que todos quienes pertenecen a ese sector participaron de tales hechos, o bien los comparten. No creo que eso sea verdad. Conozco bastante gente de derecha y si bien algunos son bastante obtusos (pero, que sector puede tirar la primera piedra?), hay varios otros con miradas interesantes que, creo, harian bastante bien desde un gobierno. Otra cosa es que el sector en su conjunto no de el ancho para llegar a eso, algo que comparto.
Por otro lado, eso de que la relacion entre politica y negocios sea algo "no resuelto por la derecha", yo diria que mas bien es algo no resuelto por la clase politica en general. La propia Concertacion ha tenido (y tiene) bastantes ejemplos de ello, y no olvidemos que, para las proximas elecciones presidenciales, llevaran 20 agnos gobernando, mas que Pinochet. Alli estan, por ejemplo, los Zaldivar, que no se abstuvieron de votar proyectos relacionados con los negocios en los que participan, o los famosos "lobbystas", todos surgidos en nidos concertacionistas, empezando por los ex funcionarios que automaticamente pasan a integrar empresas privadas... del mismo rubro del que acaban de salir.
En fin, creo que hay mucho pagno que cortar respecto de esto, pero que recuerde AD que el factor que ha hecho la diferencia entre paises con iguales condiciones en todos los ambitos, pero tales que unos se han desarrollado mas que otros, ha sido, precisamente, la etica.
Saludos, EPC
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En particular, lo que dice sobre la derecha, sin dejar de ser cierto en cuanto a sus origenes, parece indicar que todos quienes pertenecen a ese sector participaron de tales hechos, o bien los comparten. No creo que eso sea verdad. Conozco bastante gente de derecha y si bien algunos son bastante obtusos (pero, que sector puede tirar la primera piedra?), hay varios otros con miradas interesantes que, creo, harian bastante bien desde un gobierno. Otra cosa es que el sector en su conjunto no de el ancho para llegar a eso, algo que comparto.
Por otro lado, eso de que la relacion entre politica y negocios sea algo "no resuelto por la derecha", yo diria que mas bien es algo no resuelto por la clase politica en general. La propia Concertacion ha tenido (y tiene) bastantes ejemplos de ello, y no olvidemos que, para las proximas elecciones presidenciales, llevaran 20 agnos gobernando, mas que Pinochet. Alli estan, por ejemplo, los Zaldivar, que no se abstuvieron de votar proyectos relacionados con los negocios en los que participan, o los famosos "lobbystas", todos surgidos en nidos concertacionistas, empezando por los ex funcionarios que automaticamente pasan a integrar empresas privadas... del mismo rubro del que acaban de salir.
En fin, creo que hay mucho pagno que cortar respecto de esto, pero que recuerde AD que el factor que ha hecho la diferencia entre paises con iguales condiciones en todos los ambitos, pero tales que unos se han desarrollado mas que otros, ha sido, precisamente, la etica.
Saludos, EPC
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