domingo, mayo 14, 2006
BIENVENIDAS LAS DISCUSIONES VALÓRICAS
Razones profesionales hicieron que la semana recién pasada no estuviera en Chile. en esta ocasión el V Encuentro Iberoamericano de Seguridad Vial desarrollado en Colombia fue el motivo de mi viaje. Los detalles y mis opiniones sobre este tema relacionado con el transporte los subiré esta semana a www.ciudadmashumana.blogspot.com.
Sin embargo, lo que quería comentar ahora no tiene nada que ver con el transporte, sino que con los pequeños/grandes cambios que me pareció que nuestro querido Chile experimentó en estos días. Y aunque a estas alturas parezca más una expresión de deseo que una realidad, vale la pena aventurar una opinión.
Normalmente cuando me ha tocado viajar, me sucede que al tomar los diarios para ponerme al día de lo que sucede en este terruño pareciera que el tiempo se ha detenido. La farándula con las mismas peleas, el deporte con sus mismos dramas (aunque debo reconocer que la Unión Española me tiene gratamente sorprendido con el rendimiento de las últimas semanas), los políticos con su habitual intrascendencia, la televisión con su misma vanalidad.
Pero esta vez la cosa fue distinta y la eutanasia fue la responsable. Para ser más preciso, más bien fue la excusa para plantear una interesante discusión sobre temas valóricos. Por un lado, aquellos más progresistas, entre lo que por cierto me incluyo, que defienden el derecho a la muerte digna. En el otro bando, los que piensan que la vida es un don sagrado que no puede ser quitado por las manos de un ser humano.
El debate tiene para rato. Enhorabuena. Bienvenidos los ejercicios intelectuales tendientes a seducir y convencer a los demás de las bondades de nuestras posiciones. Sinceramente espero que esto no sea sólo una golondrina de invierno, sino el comienzo de debates más serios y profundos sobre la sociedad en la cual queremos que vivan nuestros hijos.
Desde ya planteo desde esta cyber-tribuna algunas otras cosas que debemos discutir:
Sin embargo, lo que quería comentar ahora no tiene nada que ver con el transporte, sino que con los pequeños/grandes cambios que me pareció que nuestro querido Chile experimentó en estos días. Y aunque a estas alturas parezca más una expresión de deseo que una realidad, vale la pena aventurar una opinión.
Normalmente cuando me ha tocado viajar, me sucede que al tomar los diarios para ponerme al día de lo que sucede en este terruño pareciera que el tiempo se ha detenido. La farándula con las mismas peleas, el deporte con sus mismos dramas (aunque debo reconocer que la Unión Española me tiene gratamente sorprendido con el rendimiento de las últimas semanas), los políticos con su habitual intrascendencia, la televisión con su misma vanalidad.
Pero esta vez la cosa fue distinta y la eutanasia fue la responsable. Para ser más preciso, más bien fue la excusa para plantear una interesante discusión sobre temas valóricos. Por un lado, aquellos más progresistas, entre lo que por cierto me incluyo, que defienden el derecho a la muerte digna. En el otro bando, los que piensan que la vida es un don sagrado que no puede ser quitado por las manos de un ser humano.
El debate tiene para rato. Enhorabuena. Bienvenidos los ejercicios intelectuales tendientes a seducir y convencer a los demás de las bondades de nuestras posiciones. Sinceramente espero que esto no sea sólo una golondrina de invierno, sino el comienzo de debates más serios y profundos sobre la sociedad en la cual queremos que vivan nuestros hijos.
Desde ya planteo desde esta cyber-tribuna algunas otras cosas que debemos discutir:
- Calidad de educación y de salud que no dependan de los ingresos de las familias. De modo que los que pueden pagar y los que no tienen recursos para hacerlo tengan la misma calidad de servicio.
- Nuevo sistema político. Que incluya a todos los sectores de la sociedad, que disminuya el poder del ejecutivo y aumente el de los parlamentarios. Me la juego por un sistema semi-parlamentarismo.
- Reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. Que se haga cargo de esa tremenda deuda que aún tenemos con los pueblos originarios y que permita que nunca más en Chile alguien deba hacer una huelga de hambre para que sus derechos les sean respetados.
- Espacios públicos más humanos y amigables. Se han puesto ha pensar que las calles, veredas y plazas son los únicos lugares gratis de las ciudades. Lo que en ella se invierte SIEMPRE proviene de impuestos (es decir lo pagamos todos). Entonces, por qué las plazas de Lo Barnechea son de mejor calidad que las de Cerrillos.
- Un sistema mediambiental que se haga cargo de nuestro futuro. Hasta cuando soportamos que ante los problemas de contaminación de Santiago se nos responda que pronto habrá una nueva institucionalidad ambiental. No queremos más instituciones, queremos soluciones. Si Velasco no sabe dónde gastar los excedentes del cobre, aquí hay mucho por hacer.
A modo de conclusión, me parece extraordinario que esta discusión que se inició al interior de la Concertación haya sobrepasado sus límites y se haya instalado en el debate país. El éxito de sus 4 Gobiernos se basa justamente en que se trata de una coalición que ha gobernado respetando la diversidad que existe al interior de ella. Estoy seguro que las posiciones y pasiones que actualmente recorren a sus actores, darán como fruto leyes y políticas públicas más humanas y progresistas.
