jueves, agosto 31, 2006
ROMANÉ NO TIENE LA CULPA
Sé que voy a abrir la polémica con este artículo y que más de alguno dirá “Freddy se volvió loco” o “esta es otra de las excentricidades de nuestro amigo”. Pero la verdad es que me aburrí de escuchar, ver y leer tantas vanalidades y estupideces en las noticias, principalmente cuando se habla de delincuencia y seguridad ciudadana. Creo que ya es hora de buscar solución a los problemas, atacando el fondo y no la forma.
Para empezar, quiero decirles que me afectaron profundamente las imágenes exhibidas por diarios y televisión dónde mostraban como la peor de las delincuentes a Nicole Romané. Una chica de 19 años, buenamoza y muy bien vestida que había sido detenida por robar la tienda Luis Voutton (¿así se escribe?) en la comuna de Vitacura.
Es cierto, el hecho objetivo es que ella robó una tienda de una marca muy exclusiva. Pero, ¿hasta dónde la culpa es de ella?, ¿es ella la verdadera responsable? A continuación quiero enumerar una serie de elementos que me parecen que atenúan su responsabilidad y que nos hacen a todos cómplices de ese robo:
- Vivimos en una sociedad de consumo: que valora y premia a quién más dinero tiene. El símbolo del éxito es el auto caro, la ropa de marca, la casa grande y bien ubicada, los viajes al extranjero, las redes sociales. La mayoría de los universitarios cuando sale al mercado laboral, antes que todo piensa en comprarse un auto.
- La educación pública no permite escalar socialmente: Ya pasó el tiempo en que a las Universidades públicas recibían a alumnos de todos los niveles sociales. Para no buscar ejemplos que no conozco, basta decir con que la Universidad de Chile hace bastante tiempo que se ha convertido no sólo en una elite intelectual, sino que también social, donde la mayor parte de sus alumnos provienen de colegios particulares.
- La televisión es el gran promotor de las frustraciones: Sino, basta darse una vuelta por cualquier población de Cerrillos, Pudahuel o La Pintana para ver cómo en todas las casas (incluyendo las más pobres y marginales) tienen un televisor, que a color, les trae todas aquellas cosas a las cuales NUNCA en su vida podrán acceder.
- Igualdad de oportunidades versus igualdad de resultados: Si bien, en algún momento nuestro país tuvo la opción de elegir como modelo de desarrollo el camino de la equidad (minimizando las diferencias entre los distintos grupos sociales, caso Sueco), hace mucho tiempo que tomamos la decisión de basar nuestro desarrollo económico en las potencialidades individuales de las personas. En este último caso, el rol del Estado es garantizar ciertos mínimos sociales a sus ciudadanos (caso USA).
La opción escogida nos ha reportado grandes beneficios y, por cierto, nos hemos constituido en un modelo a imitar por otros países del continente, pero ¿quién se hace cargo de las externalidades que tiene el modelo por el que optamos? ¿O somos tan ilusos como para pensar que la forma de desarrollo sólo tiene beneficios y ningún costo?
Nicole no es una delincuente es una víctima. Ella es exactamente el resultado de la sociedad que hemos construido y de la cual tan orgullosos nos sentimos. Me niego a creer que la forma de solucionar los problemas de delincuencia sea cerrando calles, poniendo más Carabineros, instalando más rejas, comprando alarmas más sofisticadas. No quiero vivir en esa ciudad. Si esa es la opción, por favor avísenme, ese NO EL PAÍS donde quiero vivir.
Hablando en serio, yo al menos no estoy de acuerdo con esa impresion tuya; al menos no con TODA la impresion. Si estoy de acuerdo con los 4 elementos que citas (sociedad de consumo, educacion publica que no permite escalabilidad social, television promotora de frustraciones y desigualdad de resultados), pero no con la interpretacion de las consecuencias de ellos. Por esa via, se puede llegar a justificar casi cualquier delito, sobre todo los robos (no los de cuello y corbata, ciertamente), violaciones, homicidios, etc. Para mi al menos, los elementos que mencionas son causa del mal de marras, pero de ahi a que lo justifique hay muuuucha diferencia.
La prueba esta en que la sociedad completa esta sometida a las mismas presiones, pero es un porcentaje bastante menor el que cae en actitudes como las de Nicole.
Por otra parte, claro que la respuesta no puede ser unicamente el castigo, pero lamentablemente no he visto propuestas de gobierno que ataquen las causas a mas largo plazo. Y es que no son "politicamente rentables"... mala cosa.
Permíteme que discrepe con el elemento televisivo que planteas. Es cierto que la televisión chilena es de mala calidad. Pero alegar que esto puede ser parte de la causa de hechos como el acontecido con Nicole, es tratar de tapar el sol con und dedo.
EL hecho es que la TV llegó hace tiempo y lo hizo para quedarse y su calidad.... mmmm... no me queda tan claro que haya sido MEJOR alguna vez para un públivo masivo.
El hecho de que haya tanta gente atenta a programas faranduleros o pendientes de la sexualidad de Felipe Camiroaga no se obedece precisamente a la ausencia del componente cultural de la programación televisiva. Si bien existe un "público masivo", este no debe ser considerado "buena onda" cuando se trata de elegir una presidenta o totalmente inconciente cuando se trata de elegir un programa de televisión. Lo cierto es que al igual que con la campaña de Bachelet, la gente NECESITA poner la atención diariamente en algo.
El hecho de que una gran mayoría esté pendiente de los calzones de Pamela Díaz se debe a la no existencia "real" de mejores alternativas, de una forma semanal.
En algunos círculos se habla de Matucana100, del flamante Centro Cultural ALameda, del teatro a mil. Pregunto yo: una persona común ¿tiene acceso a unas 3 actividades culturales a la semana? ¿tiene que recorrer todo Santiago para hacerlo?
¿puede pagarlas o va a tener que ver la obra de Parra gratis durante todo el año?. ¿Podemos achacarle a un medio de libre difusión con fines de lucro (como lo es la televisión) parte de la responsabilidad de lo ocurrido con Nicole?. Yo pienso que eso es simplemente una salida fácil y barata para no asumir que a un joven, a un viejo o a una dueña de casa no somos capaces como sociedad de ofrecerle otra entretención más provechosa que un reality en horario prime.
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